Cuentos cortos para compartir

Siempre había querido conocer los secretos que escondía el mar. Pero jamás pensó que ese secreto fuera tan grande y tan increíble.

No daba crédito a lo que veían sus ojos. Estaba frente a una ciudad, allí debajo del agua, en medio de océano. Sintió que su respiración se entrecortaba y agradeció por estar conectado al tanque de oxigeno que le había permitido llegar hasta allí.

Se acercó a aquella “aldea”, filmando cada detalle con la cámara que lo acompañaba en cada una de sus expediciones. Sentía algo de miedo, pero también mucha emoción.

Entonces, lo que jamás hubiera siquiera imaginado, ocurrió. Allí, a escasos metros de él, pudo ver a sus habitantes. En principio pensó que se trabaja de buzos pero, cuando miró con más atención, se dio cuenta de que aquellas “personas” tenían colas de pez.

¡Sirenas! ¿Acaso era posible? Se encontraba frente al descubrimiento de su vida.