Fútbol para todos

El clubcito del barrio intenta resurgir. Digo clubcito porque de verdad es pequeño. Intenta resurgir, pues hace años que sólo era el refugio de los borrachos del barrio, que lo usaban como punto de encuentro para jugar a la cartas y tomar. Ahora está reviviendo, y hay actividades para los más pequeños.








Ahora que está reviviendo, estamos probando con la clases de fútbol. Este es el nacimiento de un gran futbolista. xD







Es chiste, en realidad, no pretendo que mi hijo sea Messi, ni mucho menos, sólo que se divierta y haga algún deporte, aunque sea de madera. Aunque también confieso que es una pequeña venganza por agotarme las 24 horas del día, es una manera de que consuma energías y llegue un poco cansado a la noche. Además, como es el club del barrio y van dos de sus amigos del jardín, él se la pasa de maravilla. 







Aun no sé si de verdad le va a gustar el fútbol, si va a tener ganas de jugar, o si va a querer abandonarlo. Aun es muy pequeño y su categoría no compite, y aunque aprende rápido (antes de empezar no sabía ni patear una pelota y ahora la lleva bastante bien), y hace bien las actividades que le proponen, a la hora de jugar un partido se distrae bastante, no intenta hacerse de la pelota y ni siquiera sabe para que lado debe patear… Es cierto, es que Papá Sapo le ha inculcado el amor por los autos, pero nunca le ha enseñado a patear una pelota, y, aunque yo lo he intentado, sigo siendo mujer.







Pues, el día de ayer el pequeño club tuvo su primer encuentro amistosoentrenamiento contra otro club, un club que lleva años entrenando niños y que tiene un equipo armado, con camisetas y técnica de juego… Cuestón que el equipo del clubcito apenas comienza, los niños apenas saben lo que es un corner, y ni camisetas tienen, sólo unas remeras blancas que dicen entrenamiento… y, que además, le queda de vestido… yo creo que cuando cumpla los 10 le va a quedar de maravilla. Pero se ven la ganas. Las ganas de los chicos de aprender, las ganas de los entrenadores de crecer.







Y, aunque SapitoMayor está más para mascota del equipo (si, se pone a hacer piruetas en lugar de jugar), el se divierte y tiene muchas ganas de aprender. Veremos como sigue esto, si tiene ganas, si le gusta… Si le gusta, tendré que sacrificar mis sábados… Si, ya me imagino. Siempre me quejo de que los sábados son como un día de semana más, que ando de un lado para el otro… ¿Cómo sería, entonces, si me toca sacrificar los sábados en pos del fútbol? Ir de cancha en cancha, aburrirme de ver a 10 pibes atrás de la redonda. Pero, se trata de mi hijo, y si le gusta, será un sacrificio que valga la pena, y me emocionaré con cada gol que haga, con cada partido que gane su equipo, amaremos la camiseta del clubcito del barrio.







Porque yo me quedo ahí. Aunque la cancha sea chiquita y le falte pintura, aunque las tribunas dejen mucho que desear, aunque los jugadores aun no entiendan bien de que se trata el juego y los entrenadores tengan más ganas que experiencia, aunque no tengan camiseta y. mucho menos, un micro que los lleve de cancha en cancha. Me quedo porque es el club del barrio, de mi barrio. Me quedo porque es como una gran familia. Me quedo para ver como el equipito crece, junto con las habilidades de futbolista de mi peque.







SapitoMayor se calza los cortos, veremos si es sólo por un tiempo o si realmente le nace esa pasión por el fútbol…. Veremos….












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