Como dice la canción, todo concluye al fin, nada puede escapar. Con Sapito Mayor ya le hemos dicho adiós al chupete, a los pañales, a la mamadera, al cochecito… Y también le hemos dicho adiós al colecho.
Hace un tiempo que se me venía cruzando por la cabeza la idea de intentarlo, y un día me decidí. Compramos una cama marinera, porque, bueno, algún día su hernanito tendría que compartir cama con él, y a él le encantó la idea. Desde que la mandamos a hacer estuvo muy ansioso por que llegue. La verdad, no sé qué.es lo que tanto les atrae a los niños este tipo de camas, pero a sus amiguitos del jardín también les fascinó subir y bajar de ella. Para complementar, compramos sábanas y frazadas de cars y pintamos el cuarto, cambiando el tema de Winie Pooh, por el de Cars.
Cuestión que yo pensé que.sería más difícil el asunto, pero tal parece que la que lo padeció fui yo y no él. La primera noche durmió apenas unas horas y luego se despertó pidiéndome que duerma con el. Si, que duerma con él, en Su cama, en ningún momento aceptó dormir en la cama de mamá y papá. Para la segunda noche, ya estaba durmiendo en su cama sin problemas.
Hoy día, lleva más de dos meses durmiendo en su cama, en su cuarto, sin problemas, aunque aún me sigo acostando a su lado hasta que se duerma y, algunas noches, despierta pidiéndome que me acueste con él. Pero bastante bien, de todas las cosas que ha dejado atrás, está ha sido la que menos trabajo nos ha costado.
El asunto ahora es el más pequeño. Pues, las primeras noches me daba un no se qué dejar sólo a mi primogénito en su cuarto, así que aprovechaba la cama de abajo para dormir con él. Y como tampoco quería dejar sólo al más chiquito, dormía conmigo. La verdad, no era mi intención que el use la cama hasta, por lo menos, los dos años, pero el niñito se ha acostumbrado demasiado rápido a dormir allí, tanto que cuando le digo «vamos a dormir» corre a su cama, se acuesta y se tapa.
Es así que, a dos meses de haber renovado el cuarto de los niños, le hemos dicho adiós al colecho por partida doble, snif, snif. Claro, aún me sigo acostando con ellos hasta qie se duermen y, confieso, más de una vez me quedado dormida con alguno de los dos y he pasado buena parte de la noche (si no es que toda) en su cuarto. Pero ninguno de los dos tienen la más mínima intensión de volver al cuarto de papá y mamá. Es más, cada vez que se propongo a Sapito Mayor, me dice que él ahí no quiere dormir.
Y que decir, aún me siento un poco culpable por haber «sacado del cuarto» a Bebé Sapito, pues, con 20 meses, aún es muy pequeño y, si su hermano durmió con nosotros hasta los 4 años, ¿por qué el no?
¿No tienen la sensación de que el segundo hijo crece mucho más rápido que el primero?
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Mi bichilla aún no ha cumplido 10 meses y ya me la quieren independizar de mi lado. Yo me niego pero más por pereza que por apego al colecho. No me veo levantándome varias veces cada noche para darle el pecho,así es que espero que el mundo no senos ponga en contra y nos dejen descansar.