Cuentos cortos de 150 palabras.
Las clases música le resultaban muy aburridas. Había sido su decisión tomarlas, si. Pero tanto «negra», «blanca», «corcheas», «un tiempo», dos tiempos» cansaban. Sería mejor si le enseñarán a tocar algún instrumento, aunque sea una flauta.
A esas alturas, cualquier cosa era más interesante, una pelusa entrando por la ventana, un gato paseando por el tejado del vecino, una mosca revoloteando entre los instrumentos…
La ovación del público lo trajo de nuevo a la realidad, lo hizo volver al presente, su presente.
Se puso de pie y dejó el piano para acercarse al borde del escenario al ver a su público más de cerca.
Ese siempre había sido su sueño, él había podido convertirlo en realidad. Ahora sabía que todo tiene su momento.
Tenía tanto que agradecer a ese profesor que solía hacer sus tardes aburridas. Estaba feliz de no haber abandonado nunca esas clases de música.
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La constancia trae resultados, sin duda. Aunque haya momentos duros de aburrimiento. Ojalá fuera yo más constante… Otro gallo me cantaría, jeje.
Muy bueno!!
Un saludo!
La música es una "disciplina" dura y supone un camino muy duro y largo. Pero con perseverancia y mucho cariño todo es posible. Admiro mucho (porque sé lo que es) a las personas que alcanzan la meta. 🙂
¡Bonito relato!
qué bonito… me ha gustado el salto en el tiempo. Feliz semana
¿Qué una historia sin gatos y sin gente por el tejado..? jajaja Me ha encantado tu cuento y la mezcla de recuerdos con realidad. Muy original. Feliz semana!