¿No tienen la sensación de que todo el mundo se acuerda de que tiene que hacer las compras navideñas a último momento? Un día, dos días antes. Copando shoppings el 23 hasta las 3 de la mañana, o el mismo 24 por la mañana. Si tenes que comprar algo en esos días, armate de paciencia para comerte horas de cola y tropezarte con cientos de personas.
www.bancodeimagenesgratis.com |
Odio hacer las compras a último momento, siempre trato de tener todo comprado un par de semanas antes. Pero papá Sapito parece no compartir mis gustos. Y siempre recuerda a última hora que debe comprar los juguetes de Navidad. Y como no puede ni comprar ropa para si mismo él sólo, me arrastra a una odisea de compras con él.
Y a ponerme de mal humor. Dar vueltas y vueltas con el auto para encontrar un lugar para estacionar. Pelearse con medio mundo porque te empujan o no te dejan pasar, recorrerse decenas de jugueterías porque no encontrás ese juguete que tu hijo te pidió, bancarse horas y horas de fila para pagar la fortuna que dura un juguete que durará sano apenas un par de días.
Y encima de todo, las filas no terminan cuando cambiaste efectivo (o plástico) por juguetes, después te toca comerte una nueva fila para envolver el juguete, ¡y dejar propina! Y, después de eso, los embotellamientos a la salida de los centros comerciales.
Porque, hay que aceptarlo, el lado comercial de las fiestas pesa más que el verdadero significado de la Navidad, que lo verdaderamente importa, que es pasar un lindo momento en familia. Porque aunque haya haya crisis, aunque nadie pueda frenar la inflación, aunque los juguetes cuesten fortunas, nadie quiere quedarse sin regalos al pie del arbolito.
Y aunque Papá Noel tenga que endeudarse terriblemente o tenga que perder muchas horas de su ajetreada vida, va a cumplir si o si con la cartita de los mas pequeños.