Madrugar nunca fue lo mío. Siempre fui feliz durmiendo hasta tarde, por eso era feliz yendo al cole de tarde. Si me dejaban, podía dormir hasta la una sin problemas. Eso si, después también solía quedarme despierta hasta entrada la madrugada.







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A veces, la maternidad te hace cambiar la forma de ver las cosas. Y, a veces, te hace camiar a la fuerza. 








No fue sólo el hecho de que yo decidiera que Sapito Mayor fuera al jardín por la mañana, a pesar de haber ido toda mi vida escolar por la tarde. Fue el hecho de que a pequeño desastre siempre fue imposible mantenerlo despierto después de las 8. 








Quizás, porque en sus primeros meses de vida, yo trabajaba y me levantaba 6 y media todos los días. Y el despertaba detrás mío cada día. Eso fue lo que terminó de decidirme a mandarlo a la mañana.






Pero, la verdad es que siempre quise que así fuera. Si, yo siempre fui de tarde. Y no sólo eso, cuando me tocaba ir al cole a la maña na, por algún acto escolar importante, como el del 25 de mayo, yo era un zombie. En aquellos tiempos se acostumbraba a hacer los actos grandes por la mañana,los dos turnos juntos. Quizás algo de eso tuvo que ver en mi impresión que los dela mañana eran los imprescindible, sino, ¿porqué el acto se hacía a la mañana y a nosotros nos hacían cambiar de turno? 




De todos modos, siempre tenía esa impresión de que los mejores estaban a la mañana. De ahí que quisiera que mi hijo fuera a la mañana.










Como sea, entonces yo no decidía, pero estaba bastante cómoda con la decisión de mi vida. Todos cambió al ir a la universidad. Quería un cambio rotundo en mi vida, y decidía yo. Así que empecé a ir a la mañana, hasta que llegó la hora de buscar trabajo.










Y ahí empecé a ver e sacrificio de levantarse temprano, incluso de madrugada, cuando me tocaba cursar de 7 a 9 y estando a hora y media de viaje de la facu, Entonces ya no había trasnochadas, a gatas si llegaba a las 10 de la noche. Cómo ahora.








Sólo que ahora no es decisión mía, más allá de que yo haya elegido el turno de la mañana para mi hijo. Ahora toca salir a trabajar,y todos sabemos que la mayoría de los trabajos son de mañana. Por lo menos, los trabajos que a mi me gustan, los de oficina.










Pero el madrugar en esta maternidad va más allá de las obligaciones de la semana laboral. Mucho más allá. Abarca sábados, domingos y feriados… y hasta vacaciones.








Difícilmente mis sapitos se despierten después de las 8. Si, ambos sapitos. Pues, parecía que el más pequeño era de los míos, de los que dormirían hasta que el sol estuviera en el centro del cielo, de ser posible Parecía, dije. Sólo en los primeros meses de vida. Claro, esa costumbre no podía durar mucho con un hermano ruidoso yendo al jardín de mañana. De a poco el pibito comenzó a despertar más y más temprano. Y ahora ya es costumbre que madrugue como su hermano. Vaya sorpresa.










De todos modos, no me arrepiento de que Sapito Mayor vaya a la mañana. Lo seguirá haciendo. Y el segundo también lo hará. Sigo pensando que los mejores están a la mañana. Además, ir a la mañana te deja toda la tarde libre, para jugar o hacer las tareas… bueno, para jugar. Y creo que le vendrá bien estar acostumbrado a madrugar, cuando tenga que salir a trabajar.










Mejor es madrugar. Al que madruga, Dios lo ayuda, y aunque no por mucho madrugar se amanece más temprano, sigo pensando que el día se aprovecha mejor desde la mañana. Y, aunque me costó acostumbrarme a la vida antes del mediodía, hoy en día sé que si no lo hago a la mañana no lo hago más. Y, aunque sean casi las doce de la noche y este escribiendo este post, porque es el único momento en que no estoy en el trabajo y los indios duermen al mismo tiempo, y aunque mañana quiera revolear mi celular cuando suene esa fastidiosa musiquita a las 7 de la mañana, sigo pensando que así lo prefiero.










Después de todo, la maternidad también es estar mal dormida… Supongo que ya tendré mucho tiempo dormir, cuando mis hijos estén tan grandes que ya no me den bola… 




Bueno, eso si es que puedo pegar un ojo durante la noche mientras ellos estén en el baile. 








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