Este microrrelato es la continuación de una historia de comenzó de este modo.
Miraron la filmación una y otra vez, como intentando convencerse a si mismas. La imagen era fugaz, pero clara. La sirena estaba allí.
Cabello largo, oscuro, cintura esbelta, y una larga cola, de algún color similar al naranja.
Toda su vida había soñado con hacer un descubrimiento extraordinario, algo que pusiera su nombre entre los más reconocidos del mundo. Y allí estaba su «Tutankamon».
«Pués, vamos por todas las canicas«, pensó para si misma, con toda la intención de volver, cámara en mano.
– Ni siquiera lo pienses.- interrumpió Lucía, como si hubiera leído su mente.- ¿Imaginas lo que podría suceder con esas criaturas? Los seres humanos solemos destruir todo lo que tocamos.
– ¿Y lo harás a costa de sus vidas?… ¿Qué quieres? ¿Qué acaben dentro de alguna pecera gigante en algún acuario de alta generación? ¡Qué sea nuestro secreto!
Si querés leer más historias de #150palabras, entrá a este enlace
Imagen destacada: Banco de imágenes gratis