El barco se mecía de un lado a otro, revuelto como el mar estaba su estómago. ¿Cómo se había dejado convencer de aquella locura?
Marina, sin dudas, tenía un gran poder de persuasión, pero esta vez la había llevado demasiado lejos. Si se mareaba hasta en una pileta demasiado llena, ¿cómo fue que terminó en el yate de su adinerada amiga? Lo único agradable que había en ese lugar era el sentir la brisa jugar con su pelo.
Marina detuvo la marcha del yate y lanzó el ancla al mar.
– ¿Están listas?- preguntó la joven de cabellos castaños, con unos trajes de buzo en sus manos.-
– ¿Lucy?
– Muero de intriga por saber que es lo que te fascina del océano, pero me preocupa no saber como respirar con esa cosa.
– Es muy sencillo… Yo voy a estar ahí para guiarte…
…o0o…
Hasta aquí el relato de este domingo… Tal vez te preguntes que tiene que ver el título. No estoy loca (bueno, capaz un poco), mi idea es continuar esta historia (espero no se me complique xD). Así que… (¡siempre quise decir esto!):
¿como seguirá? De momento me identifico con los mareos en el barco
Aquí me tienes esperando la continuación de la historia.
Ojalá me encontrara ahora mismo en un lugar de aguas preciosas y transparentes, eso indicaría que el sol brillaría en lo alto en lugar de ver llover desde hace semanas.
Bssss
Qué relajación al leerte, me encanta el mar, la brisa, nadar… Qué bueno leerte!
Gracias Marta! Realmente es un honor para mi que el alago venga de tu parte! Creo que sos una gran escritora!!