Semana especial para los amantes del fútbol argentino, semana en la que no se habla de otra cosa, semana de descuento. Este fin de semana, o mejor dicho, este domingo se juego el clásico de los clásicos, el partido más esperado del país, uno de los mejores clásicos en el mundo, el partido con más color y más folclore de los partidos. Este domingo se juega River-Boca, Boca-River.
Y si, la pasión me delata, soy hincha de uno de los protagonistas de este clásico, soy hincha del gallinero, de mi amado River Plate. Pero, aunque no lo fuera, es imposible negar que el superclásico es el partido más esperado del año. Los dos equipos más grandes, los equipos con más historia, los que llevan más cantidad de hinchas, se ven las caras por primera vez en el año, en un partido oficial, un partido por los puntos, de verdad. Los rivales de siempre se juegan no sólo los tres puntos para pelear en lo más arriba de un campeonato de por si decante, si no el honor, el orgullo, la camiseta.
Porque el clásico de los clásicos es un partido aparte, un partido diferente, un partido que hay que ganar si o si. Porque, cualquiera de los dos podría ganar el campeonato o la Libertadores, pero su gente nunca le perdonaría que perdiera el súperclasico.
El clásico de los clásicos comienza a jugarse semanas antes de que se de el partido en si. Se juega por medio de cargadas previas, apuestas e informes interminables de canales deportivos, tales como: «Cómo llegan los equipos», «Los lesionados y los jugadores amonestados que no podrán jugar, etc., etc, etc.
El clásico de los clásicos se termina de jugar una semana después del partido en si. Porque entonces llegan las cargadas. Y entonces hay que empezar a perseguir a los que no pagan las apuestas. Y llegan las declaraciones se los protagonistas, los análisis de los periodistas deportivos que creen.que ellos hubieran jugado mucho mejor, los comentarios picantes de algún que otro técnico muy fanático, las tapas en los principales diarios del país, tradicionales o digitales, con la imagen del triunfador.
Y llegan los clásicos carteles del día después, tan clásicos como el mismo clásico. Porque el día siguiente, ese lunes post-partido, Buenosairesquerida amanece empapelada con carteles.que el triunfador dedica a su clásico rival, (algunos un poco subidos de tono)
Los bostezo haciendo referencia al reciente descenso de River.
Porque Boca ganó más superclásicos, se suele decir que lo tiene a River de hijo.
En vez de gallinas, pollitos. Así es como.Boca le dice a su eterno rival que es chiquito.
River haciendo referencia a los poco que «transpiró la camiseta» su clásico rival
River ganá y termina con la fiesta de su clásico rival
River diciendo que su rival es un equipo chico
Y esto también es parte del folclore argentino, de la pasión futbolera. Y parte de esto es bancarse las cargadas del eterno rival, sabiendo que la dulce venganza llegará muy pronto…
Estamos en la previa, este.domingo se juega el clásico de los clásicos, un poco más temprano que de costumbre, porque a mitad de año tenemos el mundial. Los rivales de siempre se ven las caras, por los porotos. El empate no vale en estos partidos, hay que ganar si o si…
Y ¿yo que voy a decir? Soy gallina hasta los huesos y solo quiero que gane.mi River Plate…